Hace dos años la ministra Mato defendía con vehemencia el sistema alemán de Sanidad Pública: había que potenciar las mutuas rápidamente y establecer un sistema público-privado que implicaba el cierre de varios hospitales de referencia en España (dos en Madrid, tres en Barcelona y otro en Sevilla). No se llegó a desarrollar. Realmente la propuesta llegaba de Bruselas en un informe con fecha de 2011, que advertía de la precariedad del Sistema Sanitario Público español ante una crisis galopante que no acabaría, al menos, hasta 2018. Mato vió el cielo abierto y entendió el informe como la biblia. Rajoy escuchó y Montoro negó. El sistema no era bueno por ser lento.
Ana Mato parchea sobre la marcha los problemas de su ministerio sin presentar un plan real y viable sabiendo que el actual sistema no llegará a 2020
Entonces Ana Mato empezó a hablar con Hacienda para saber realmente cuál era su espacio para maniobrar con el poco dinero que tenía. Hacienda la acabó de desmoralizar dando cifras que hacían imposible mantener con una mínima dignidad su capítulo de gasto. Y empezaron los recortes brutales, improvisados, clasistas y contra la inmigración. Es el sector más desfavorecido por la sociedad, tiene poco eco lo que opinan y, sobre todo, no tienen posibilidad de acudir a los tribunales de justicia para denunciar. Gallardón, a la vez, ponía tasas judiciales a lo que antes era gratis. Los inmigrantes no tenían posibilidad de protesta.
Aquellos recortes implicaban la pérdida de derechos en una Sanidad Pública que se define como universal, empezar a pagar por duplicado determinados servicios que eran gratuitos, cargar el gasto a los más débiles, los enfermos, haciendo pagar ambulancias, fármacos, prótesis y servicios hasta entonces básicos. Clamor social, silencio oficial; Mato mirando a otro lado y negando lo obvio. Eso sí, prometiendo que no habría más cargas para los usuarios del sistema sanitario. Era mentira. Los números siguen sin salir, el suicidio de mantenimiento de coste en el gasto público hasta el absurdo y la necesidad de convencernos de que todo va muy bien para ganar elecciones, han hecho tomar nuevas medidas que se aplicarán en 2015 y que tampoco serán suficientes. Había que hacerlo sin responsabilidad del Estado.
Los números siguen sin salir… lo que ha hecho tomar nuevas medidas que se aplicarán en 2015 y que tampoco serán suficientes
Cristóbal Montoro era el protagonista de una nueva polémica, ahora por la nueva batería de recortes que propuso en el Consejo de Política Fiscal y Financiera (CPFF). El Ministerio de Hacienda (¿) elaboró un documento en el que recoge 255 medidas sugeridas por las autonomías, aunque éstas se han desmarcado de su autoría ante las críticas que suscitaron. Entre otras cosas, se planteó la implantación de copagos por no acudir a la cita con el médico o por no recoger las analíticas, copagos por ir al ambulatorio y a urgencias, reflotar el copago por el transporte sanitario y las prótesis ortopédicas, e incluso generalizar el euro por receta en todo el Estado a pesar de la oposición que mostró el Gobierno de Mariano Rajoy a esta medida cuando la impulsaron, cada una por su lado, Cataluña y la Comunidad de Madrid.
Asimismo, se proponen otras medidas como el copago por interrupciones del embarazo, la limitación del número de productos farmacéuticos con financiación pública para una misma patología, controlar el número de prescripciones por paciente, y también impulsar una regulación “más clara” para la atención sanitaria de la población inmigrante. Estas medidas se adoptarán después de las elecciones municipales y autonómicas de mayo del año que viene. Siguen afectando a los más débiles, como las primeras, y no solucionan el problema. La realidad de estas medidas es que las ha impuesto Bruselas por aquello del déficit creciente. Montoro ha dicho que vale, se lo ha encasquetado a las Comunidades Autónomas, Mato ha callado porque le quitan un problema de delante y el Gobierno de Rajoy sigue pegando bandazos con la Sanidad Pública. El sistema ya aguanta pocos años más y estamos perdiendo unos años muy necesarios.