Pedro alba, con su boca «amordazada».
Pedro Alba se autosilencia utilizando la bandera española para denunciar «el sinsentido» de la Ley de Seguridad Ciudadana. Asegura que «en todo dolor hay una catarsis» y llama a «seguir protestando aunque se prohíba la protesta»
CARLOS DEL CASTILLO Madrid 16/07/2014
«Hay que seguir gritando aunque sea con la boca cosida», denuncia Pedro Alba, revelando que siempre hay resquicios que se pueden utilizar para denunciar situaciones que se consideran injustas. Es lo que él ha decidido hacer al suturar sus labios con hilos que dibujan la bandera española, encontrando uno de esos «huecos» para «seguir protestando aunque se prohíba la protesta».
Asegura que ha sido más doloroso deshacer la mordaza que perforarse los labios para coserlos. Pese a todo, cree que «en todo dolor hay una cartarsis, en primer lugar personal, y en segundo, social». «Aunque parezca una reivindicación desde el dolor, todo lo contrario, es desde el amor pero desde el amor hacia uno mismo y hacia toda la sociedad», explica a Público.
«Aunque parezca una reivindicación desde el dolor, todo lo contrario, es desde el amor, hacia uno mismo y hacia toda la sociedad»La Ley de Seguridad Ciudadana, apuntalada por la reforma del Código Penal, ha redefinido cómo se pueden utilizar los espacios públicos y las redes digitales para manifestar opiniones en España. Alba opina que todo parece «una broma». «Ya no es solo el recorte de derechos que promueve esta ley, sino lo que tiene que ver con el deporte y la cultura, con la expresión en sí misma —continúa—. Se prohíbe hasta jugar al fútbol en los espacios públicos, las pachangas como las llamábamos los niños de los 70, cuando luego Coca-Cola hace anuncios donde se incita exactamente a eso. Es una broma soez«.
El artista ha realizado otras «maniobras artísticas» de impacto, como él define sus obras. En 2012 consiguió que más de 3.000 personas se pusieran a la cola para recibir su cartilla de racionamiento franquista, coincidiendo con el 25º aniversario de la muerte del dictador, en una fila que dio la vuelta al Centro de Arte Contemporáneo de Madrid. El año pasado, instaló 26 televisores en una galería de arte que retransmitieron a la vez las diferentes protestas contra la austeridad que se daban en Europa. Para finales de año, anuncia otra «maniobra» para reivindicar el cumplimiento de la ley de custodia compartida.
Ya sin su mordaza, Alba deja una recomendación para todos los que no están de acuerdo con la nueva reglamentación: «hay que hilar fino». «Yo le recomendaría a la gente que se enterara de lo que está pasando y se leyera el articulado de la ley e hilara fino, porque ellos están hilando grueso: hay miles de huecos y de resquicios y siempre termina habiéndolos, hay que utilizarlos de manera creativa. Tenemos que luchar por lo que dejamos».