La plantilla de la sanidad pública cae a cifras récord: 28.500 menos en dos años

Los datos del Ministerio de Hacienda muestran que los empleados se reducen hasta 476.689


La plantilla de trabajadores de la sanidad pública se contrae. Según los últimos datos del Ministerio de Hacienda, que dos veces al año hace un recuento del personal al servicio de las Administraciones públicas en España, los actuales empleados de Sistema Nacional de Salud (SNS) —a mes de enero, el último disponible— son 28.496 menos que hace dos años. En enero de 2012, los trabajadores de las instituciones sanitarias públicas eran 505.185. En enero pasado, había 476.689, un 5,6% menos.

La cifra de empleados públicos en el sector, en los hospitales y los centros de salud, no ha dejado de descender desde enero de 2012. La fecha coincide con el real decreto ley que el 30 de diciembre de 2011 ordenó la congelación de las ofertas de empleo público, con la excepción de servicios esenciales como la educación o la sanidad, en los que se permite una tasa de reposición del 10%. Es decir, por cada 10 empleados que se jubilan, mueren o se dan de baja definitiva, solo entra uno. El último dato conocido supone un récord: la plantilla del SNS es la más exigua de los últimos cinco años, desde que existe esta estadística en el Ministerio de Hacienda.

Las cuentas de la sanidad pública española acumulan cuatro años seguidos de grandes recortes presupuestarios: han perdido casi 7.200 millones de euros. Buena parte de ese ahorro sale del personal. Y se ha notado en las listas de espera, que se disparan.

“En realidad la caída es mucho mayor. Los datos de Hacienda son parciales porque recogen únicamente el personal de las plantillas orgánicas de los hospitales y centros de salud. Ahí no está el personal laboral, eventual, el que se contrata para refuerzo, y tampoco se contabiliza al que trabaja para el sistema público pero que pertenece a empresas externalizadas, privatizadas”, explica Marciano Sánchez-Bayle, portavoz de la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública. Y añade que hace unos meses el sindicato CC OO elaboró su propio recuento teniendo en cuenta todas esas variables y con la Encuesta de Población Activa (EPA) como base: “Recogió que se habían perdido 53.000 empleos en la sanidad pública en dos años. Es probable que ese número ya se haya incrementado”.

Sánchez-Bayle recuerda que la caída en el número de trabajadores tiene una traducción evidente en la asistencia: aumentan las listas de espera, tanto las quirúrgicas como las de consultas con los especialistas. “Las listas de espera no dejan de subir en España, y se debe en gran medida a la notable disminución del personal”, afirma. Los últimos datos gubernamentales, conocidos hace apenas unos días, muestran efectivamente que la demora para conseguir cita con el especialista se ha disparado hasta los 67 días de media, la cifra más elevada de la serie histórica que proporciona Sanidad.

El Ministerio, por su parte, recuerda que la gestión del personal corresponde a las comunidades y asegura que en el último consejo interterritorial —órgano de coordinación con las autonomías— se trató el futuro registro de profesionales, lo que “facilitará la planificación de recursos humanos”.

“Las plantillas actuales son insuficientes para mantener el trabajo, de ahí el aumento espectacular de las listas de espera”, asegura Pilar Navarro, secretaria de Salud de UGT. “No se renuevan contratos a eventuales, no se repone a los jubilados y ya no hay suplencias cuando falta por enfermedad un trabajador. Solo quedan suplencias en casos muy excepcionales: cuidados intensivos, quirófanos…”, añade. “La situación ya está muy deteriorada, hay mucha sobrecarga asistencial, y se nota. Donde había tres enfermeras para cubrir una planta, ahora hay dos”, señala Antonio Cabrera, de CC OO. Navarro asegura que su sindicato está estudiando el impacto en los trabajadores de esta sobrecarga: “Lo que más estamos viendo es estrés y la sensación de trabajar con precariedad”, señala.

Los profesionales y los pacientes empiezan a plantarse ante los recortes en personal. Centros sanitarios de Barcelona han vivido en los últimos días encierros para evitar el cierre de las plantas de los hospitales de Vall d’Hebron y Bellvitge. En otros lugares, como en el hospital de La Paz, en Madrid, grupos de trabajadores de las urgencias han llegado a acudir a los juzgados para denunciar la falta de personal para garantizar la correcta asistencia. Se han dado casos en los últimos meses de personas que esperan hasta cinco noches en urgencias porque no hay habitaciones libres.

67 días para ir al doctor

Los datos de lista de espera que proporciona el Ministerio de Sanidad son, aunque incompletos —no están desglosados por comunidades para evitar que se comparen entre sí—, prácticamente el único barómetro que permite saber en qué se traducen los recortes presupuestarios que las comunidades llevan cuatro años aplicando. Son datos incómodos en época de crisis. Sanidad llevaba desde agosto del año pasado sin actualizarlas. Lo hizo en junio. Y lo que mostraron fue cómo acusa los recortes la lista de espera para ser atendido por un especialista. En solo un año, comparando diciembre de 2013 con el mismo mes del año anterior, se produjo un aumento del 13,6%: 67 días de media.

El otro indicador, el de los días que se tarda en entrar en quirófano se ha estabilizado en las cifras récord que se registraron por primera vez en diciembre de 2012. Entonces, la espera media saltó de 76 días a 100. Y ya no ha vuelto a bajar. En junio de 2013 la cifra incluso subió a 101 días. En diciembre se redujo, pero solo hasta 98 días.

Fuente: Ministerio de Sanidad

Beatriz González López-Valcárcel, economista de la salud de la Universidad de Las Palmas y miembro de la Asociación de Economistas de la Salud, echa en falta más y mejores datos sobre las plantillas con las que realmente cuentan los hospitales y centros de salud españoles. La estadística de Hacienda, recuerda, contabiliza únicamente las plantillas orgánicas. «Es muy difícil conocer el resultado final de las jubilaciones forzosas de médicos, por ejemplo», dice. Si uno de estos facultativos es sustituido por un médico eventual, el puesto ya no aparece en las plantilla del centro con la que hace los cálculos el ministerio. «Lo que seguro que dicen estos datos es que las plantillas orgánicas están adelgazando. No entra un funcionario nuevo. Ofertas de empleo público ha habido contadísimas en los últimos dos años, y de muy pocos efectivos», explica. «Nos entran ganas de explorar más a fondo, de investigar datos desagregados de plantillas por especialidades, por tipos de profesionales, pero ahora mismo no es posible», añade.

El País 

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