El personal de Enfermería de Urgencias del Hospital La Paz vuelve a insistir en las denuncias que llevan haciendo durante mucho tiempo sobre la grave situación que se vive en el servicio, sin que se haga nada al respecto, y han vuelto a advertir que, en las condiciones en que se encuentran, no pueden garantizar una atención óptima ni “mucho menos segura” a los pacientes.
Como informó Acta Sanitaria, en el mes de julio de 2013, el personal de enfermería de dicho hospital se dirigió al Juzgado de Guardia, denunciando las reducciones de personal y el incumplimiento de los ratios recomendados por sociedades de emergencias y colegios de enfermería. No obstante, según informó a este medio Amelia Batanero, secretaria de la Asociación Madrileña de Enfermería Independiente (AME), la situación no mejora, los entes a los que los profesionales se dirigen “no les contestan” y los profesionales ya “no saben qué hacer”.
Los profesionales denuncian “que dado la gran afluencia de pacientes que tiene este servicio, el cierre de camas que ha sufrido el hospital, las derivaciones de pacientes que se hacen de otros centros (especialmente del Hospital Infanta Sofía), infraestructuras inadecuadas (poco espacio entre camas; filas de sillas de ruedas, sillones y camillas delante de las camas de los boxes de camas; falta de intimidad; camillas sin frenos, sin barandillas, duras, sin palos de sueros, altura excesiva para subir los pacientes), patologías graves, pacientes muy dependientes para las actividades básicas de la vida diaria, y el recorte de personal que se ha sufrido, los pacientes no pueden ser atendidos en unas condiciones adecuadas, no pudiendo asegurar una atención de enfermería óptima y mucho menos segura”.
Asimismo, el personal de enfermería asegura que “muchos pacientes pasan más de 48 horas en el servicio de urgencias sentados en un sillón, con pocos aseos para tantos pacientes y sin poder asearse”; que “tan sólo reciben 1 hora de visitas cada 24 horas”; que hay “escasez de almohadas y mantas”; ”altura de camillas excesiva, no disponen de frenos o funcionan mal”; y que “las camas no poseen sus propios palos de suero”, por lo que tienen “que colgar los sueros y medicación de palos del techo”, entre otras fallas.
Bajo estas circunstancias y sin recibir respuesta alguna, los profesionales esperan que esta vez sus denuncias sean atendidas y solicitan que se “tomen las medidas necesarias con carácter urgente para solucionar el problema”, que “aumenten la plantilla de enfermería y auxiliares de enfermería”, que se “abran las camas que permanecen cerradas en el hospital” y que “impidan que en las salas de camas haya sillas de ruedas, sillones o camillas”.