Antonio Burgueño, que fue destituido como director general de hospitales a mediados de febrero, cobrará 3.000 euros en su nuevo cargo.
Ignacio González sólo ha tardado quince días en encontrar un nuevo puesto al ideólogo de la privatización hospitalaria. Antonio Burgueño, que fue destituido como director general de hospitales a mediados de febrero, se reincorporará a la Consejería de Sanidad madrileña como asesor de la Sanidad pública, un puesto por el que cobrará unos 3.000 euros.
Poco parece importar al presidente de la Comunidad de Madrid que Burgueño, cesado tras el fracaso de su plan privatizador e imputado por una presunta malversación de caudales públicos en la causa que investiga las primeras externalizaciones hospitalarias llevadas a cabo por los exconsejeros Lamela y Güemes, haya sido duramente criticado por la Marea Blanca y la oposición. González quiere seguir contando con él, por lo que ha decidido recolocarle como asesor de la Consejería de Sanidad.
Una decisión, de la que informa El País, que demuestra que realmente el sucesor de Javier Fernández-Lasquetty no ha marcado tantas distancias con el exconsejero. Javier Rodríguez hizo ‘limpieza’ en Sanidad poco después de hacerse cargo del departamento, cesando no sólo a Burgueño sino también a la viceconsejera Patricia Flores, pero parece que ha habido ciertas reticencias a desprenderse del que fuese director general de hospitales.
Por ello ahora se ha convertido en asesor, un puesto por el que ganará 3.000 euros netos frente a los 5.000 que percibía en su anterior cargo. Y dado que no cuenta con el beneplácito de los profesionales sanitarios, su permanencia puede ser entendida como un paso atrás en el supuesto camino conciliador que había emprendido Rodríguez.
Fuente: El Boletín El País
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