Colapso en las Urgencias del Hospital Clínico San Carlos

Llegan lluvias frío, viento y como no, el hecho puntual del colapso de las urgencias como así suelen calificarlo; pero comprobando la situación in situ y hablando con los trabajadores podemos decir que los “hechos puntuales” son habituales.

Foto de archivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid
Foto de archivo del Hospital Clínico San Carlos de Madrid

Es una imagen repetida en los hospitales de Madrid y así ha ocurrido en las urgencias del Hospital Clínico San Carlos este fin de semana. Pacientes hacinados en las salas duplicando e incluso triplicando en número para las que están preparadas. Los profesionales realizan su trabajo de la mejor manera posible pero en estas condiciones es difícil ofrecer una asistencia adecuada.

No hay espacio suficiente para atenderlos sin vulnerar su intimidad y la plantilla asignada para este departamento es muy limitada. La imagen resultante es dantesca: enfermos en camas, camillas, sillones, sillas…en los pasillos al lado uno de otros con los familiares de cada uno de ellos, ingresos continuos…las urgencias no dan para más. Hay un dato que es difícil no relacionarlo con esto y es que en el hospital se encontraban como es habitual una media de 200 camas cerradas.

Ante esta situación las conclusiones a las que llegamos son:

  • Personal insuficiente ya que en algunas salas que componen este departamento se dobla el ratio de enfermos/personal cualificado como ejemplo la Sala A con capacidad para 30 enfermos (donde se duplica e incluso triplica) es atendido por 6 enfermeras y 5 auxiliares. En la Unidad de Corta Estancia A (UCE A) con capacidad para 16 enfermos hay 1 enfermera y 1 auxiliar y la Unidad de Corta Estancia B (UCE B) con 20 enfermos son atendidos por 2 enfermera y 2 auxiliares. La dotación de celadores en todo el departamento de Urgencias es mínimo, quedando salas descubiertas de este personal y retrasándose más el trabajo. Las situaciones donde la plantilla se ve mermada por bajas por enfermedad rara es la vez que se suple con más personal para dotarla de manera suficiente.
  •  Pérdida de intimidad de los pacientes; están hacinados en pasillos y camas que no tienen espacio y material adecuado para preservarla, los familiares permanecen con ellos donde es imposible mantenerse ajeno a los datos revelados en la entrevista que mantienen con los profesionales.
  •  Cuestionamiento en la calidad asistencial. Es difícil dar una calidad adecuada con los datos aquí expuestos ya que el hacinamiento, las horas de espera, la falta de personal, la sobrecarga, stress…hacen que el trabajo sea difícil realizarlo en las mejores condiciones.

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