Desaparece de los Presupuestos Generales del Estado el Fondo de Cohesión Sanitaria

Sanidad privada. / Manel Vizoso

Sanidad privada. / Manel Vizoso

El Fondo de Cohesión Sanitaria garantizaba que cualquier ciudadano pudiera recibir atención sanitaria en otra comunidad que dispusiera de los servicios adecuados.

 

Los analistas del avance que conocemos de los Presupuestos Generales del Estado andan ocupados en desentrañar si las previsiones de ingresos son realistas y creíbles y si los dineros públicos están bien aplicados a las muchas necesidades de inversión y gasto del país. Pero en esos análisis pocos expertos repararon en que de los Presupuestos de 2016 desaparece el Fondo de Cohesión Sanitaria» creado en 2001, que garantizaba que cualquier ciudadano que necesitara atención médica para una patología especial en centros de referencia -o atenciones ordinarias estando desplazado-, pudiera recibirlas en otra región que dispusiera de los servicios adecuados. El fondo de cohesión que ahora desaparece compensaba el coste de la prestación de esas atenciones y aseguraba la igualdad de todos los españoles en el acceso a la sanidad.

Por tanto, a partir de enero las comunidades tendrán que entenderse para compensarse los gastos derivados de las prestaciones sanitarias a enfermos de otras regiones, lo que va a acentuar las tensiones y disputas financieras que ya había entre ellas y puede dificultar que atiendan a pacientes foráneos aquejados de enfermedades complejas o desplazados ocasionalmente.

Un ejemplo. Dicho en román paladino, cabe la posibilidad que a un ciudadano gallego que necesite ser atendido en un hospital de referencia de otra comunidad o se ponga enfermo fuera del área del SERGAS se le deniegue esa atención por la falta de cohesión del sistema sanitario y de entendimiento entre las autonomías que velan más por su cuenta de resultados que por la asistencia sanitaria al españolito que pasaba por allí.

La sanidad española es mejor que de los países de nuestro entorno en instalaciones, equipamiento y atención altamente profesionalizada del personal. Pero tiene un problema: no es un único sistema de salud, sino diecisiete -como diecisiete son los sistemas educativos-, y las diecisiete autonomías no se entienden.

La palabra «recentralización» es políticamente incorrecta, pero parafraseando a Alfonso Guerra, España necesita «una pasada por el sentido común» que ponga orden en el caos hacia el que parece caminar el país y allí, en palabras del veterano socialista, no lo va a conocer ni la madre que la parió.

Siguiendo con el ejemplo, al menos mientras no llegue la racionalidad, procure no ponerse enfermo fuera de Galicia porque es probable que tenga más dificultades para ser atendido en Madrid, Andalucía o Cataluña que en Roma, París o Bruselas.

Mundodiario

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